En la primera entrega de la serie sobre Equipos de alto rendimiento, abordamos los valores que persiguen los mismos. Ahora, nos referiremos a las prácticas –seis– que esta clase de equipos adoptan en su quehacer diario.
1) Colaboración
La colaboración se lleva a efecto entre los miembros integrados e interfuncionales. Comparten el conocimiento de forma más rápida y coherente. Un equipo colaborativo es aquel en el cual todos sus miembros se sienten totalmente comprometidos en cada una de las etapas del trabajo, desde su concepción hasta la entrega del producto final. Esta implicación garantiza su compromiso con el todo y no únicamente con las tareas asignadas a cada cual. De esta forma, los miembros del equipo se ayudan unos a otros y realizan críticas constructivas a lo largo de todo el proceso.
2) Autoorganización
Los Equipos de alto rendimiento están vinculados por la convicción de que todos pueden y deben participar en las decisiones importantes; así se mostrarán más motivados y adoptarán mejores decisiones que las personas que solo reciben órdenes de sus superiores. Cuanto menor es la dependencia de una sola persona para tomar decisiones, menor es el riesgo de que existan cuellos de botella que influyan directamente en el ritmo de mejora continua del equipo.
3) Responsabilidad
Los integrantes respaldan la toma de decisiones compartida —cualquiera puede ser un líder. Recordando el valor 6 de la entrega anterior: para que la responsabilidad se compartida es preciso que exista confianza entre todos. Al confiar en que sus iguales están haciendo el mejor trabajo posible en busca del resultado deseado, la decisión adoptada por un miembro responde por todo el equipo, garantizando la fluidez del proceso. El sentido de responsabilidad es un cimiento que impulsa a las personas en la búsqueda de la mejora continua.
4) Foco
Los Equipos de alto rendimiento presentan un propósito claro y compartido. Saben a dónde van y qué dirección adoptan. Prueban, aprenden y entienden lo que funciona en el trabajo y lo que deben mejorar. Los integrantes reflexionan con cierta frecuencia preguntándose si el trabajo realizado se orienta en la dirección adecuada.
5) Generosidad
La generosidad es un aspecto muy importante, pero a menudo descuidado debido a la presión diaria. Influye directamente sobre las prácticas de gestión de conocimiento del equipo. Si usted sabe algo que nadie más sabe, debe considerarlo como una gran oportunidad para compartirlo. No hablamos solo de una práctica interna entre colegas. Estamos hablando de compartir el conocimiento con otros equipos a través de Techtalks, Hackathons, etc.
6) Cuidado
Los integrantes de los Equipos de alto rendimiento siempre se preocupan unos por otros. Si alguien no va bien, todo el equipo se desacelera. Cuidar de los demás construye el equilibrio necesario para alcanzar y mantener un estado de alto rendimiento. Las reuniones retrospectivas se usan a menudo para reintegrar a alguien en el juego, para que el equipo pueda curarse y seguir adelante.
¿Le gustó este artículo? No se desconecte, pues en breve se publicará la tercera y última entrega de la serie. Nuestra próxima conversación será sobre estructura: cómo se organizan los equipos de alto rendimiento.
Siga leyendo la entrega 3 - Características de los equipos de alto rendimiento: Estructura
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