Probablemente sabes qué es un tablero, ¿no? Probablemente también sabes que un tablero lleva tarjetas, ¿sí?
Lo que pasa es que uno cuando empieza a utilizar tableros y tarjetas, generalmente escribe cualquier cosa que tiene en mente en la tarjeta y la pone en el tablero. Una tarea, una actividad cualquiera, una idea, una opción, una reunión que va a hacer, un proyecto, un correo que tiene que enviar, una obligación, un producto a comprar, en fin, lo que sea.
Orden o desorden?
Esos tableros con tarjetas diversas son buenos para empezar pero no son sostenibles. En poco tiempo lo que era para organizar su mente va a convertirse en un desorden. Les digo por experiencia propia. Jeje.
Para hacer un tablero más sostenible, la solución generalmente está en el ticket design, o, en español, el diseño de la tarjeta.
¿Qué es “diseño de la tarjeta”?
Para no mezclar bananas y sandías, la propuesta de hacer un diseño de tarjeta es básicamente decidir cuál es el formato estándar de tarjetas que entran en un tablero.
Podemos decidir, por ejemplo, que bananas estarán en tarjetas amarillas, y sandías en tarjetas verdes. En verdad, para huir de la analogía y hablar acerca de la vida real, podemos utilizar un color para proyectos y otro color para compras que uno tiene que hacer, por ejemplo. O sea, darle un orden, un formato, un diseño a la cosa.
Para cada diseño de tarjeta, podemos también poner informaciones importantes para ese tipo de tópico. Por ejemplo: Para un proyecto, generalmente la fecha inicial y la expectativa de fecha final son informaciones preciosas. Pongamos entonces esas fechas en el diseño de las tarjetas de proyectos. Para las compras, la fecha inicial y final no son tan interesantes, pero la cantidad si. Pongamos entonces la cantidad en el diseño de la tarjeta de compras.
¿Y las cosas que no están en ningún diseño preestablecido?
Si el ítem que quieres poner en el tablero no está previsto en ninguno de los diseños ya hechos, una buena solución es hacer el diseño de “cosas generales”, y utilizar un color o formato específico para diferenciarlo.
Pero, no mezcle en su tablero muchas cosas, si no el monstruo del desorden administrativo entrará en acción una vez más.
Fíjate: ¡No mezcle bananas con sandías!
Ah, subtítulos son siempre bienvenidos. 😉
